Resiliencia: o te adaptas o te estancas

 

Aguascalientes, Ags., a 10 de julio de 2021

 

Resiliencia: o te adaptas o te estancas.

“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la más receptiva al cambio.”



1.- Introducción.

Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite y hacer que nos cuestionemos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para continuar adelante. En éste punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos.



2.- Muy bien, pero ¿Qué significa resiliencia?

Es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.

Pero en Psicología añadimos algo más al concepto, no sólo gracias a ella somos capaces de afrontar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas, sino que también podemos salir fortalecidos de ellas.



3.- ¿Qué hay de la Psicología?

Implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.


4.- La resiliencia ¿Es innata o se aprende?

No es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un “buen carácter.” La resiliencia es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida.

Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de resiliencia a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.

De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, lo que significa que han tenido que luchas contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado o vencidas. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentarse a los diferentes retos de la vida.


5.- Los doce (12) hábitos que practican las personas resilientes.

1.       Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos, y las personas resilientes saben usarla a su favor.

2.       Son creativas. La persona con una alta capacidad de resiliencia no se limita a intentar pegar el jarrón roto, está consciente de que ya nunca volverá a ser el mismo. El resiliente hará un mosaico con los trozos rotos, y transformará la su experiencia dolorosa en algo bello o útil.

3.       Confían en sus capacidades. No pierden de vista sus objetivos y se sienten seguras de lo que pueden lograr. No obstante, también reconocen la importancia del trabajo en equipo y no se cierran en sí mismas, sino que saben cuándo es necesario pedir ayuda.

4.       Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. Asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer. Saben que esos momentos no serán eternos y que su futuro de penderá de la manera en que reaccionen. Cuando se enfrentan a una adversidad se preguntan ¿Qué puedo aprender yo de esto?

5.       Practican la consciencia plena. Tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y tienen una gran capacidad de aceptación. Para estas personas el pasado forma parte del ayer y no es una fuente de culpabilidad y zozobra mientras que el futuro no les aturde con su cuota de incertidumbre y preocupaciones.

6.       Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas, pero eso no implica que no sean optimistas. Al ser conscientes de que nada es completamente positivo ni negativo, se esfuerzan por centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de los retos.

7.       Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. Saben cultivar sus amistades, por lo que generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan aquellos que se comportan como vampiros emocionales.

8.       No intentan controlar las situaciones, sino sus emociones. Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestras vidas. Por eso, cuando algo se nos escapa de entre las manos, nos sentimos culpables e inseguros. Las personas resilientes saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos, aunque no tengan el control. Ya que se centran en sus emociones.

9.       Son flexibles ante los cambios. Estas personas no se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución,

10.   Son tenaces en sus propósitos. El hecho de que sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha. La diferencia estriba en que no luchan contra molinos de viento, sino que aprovechan el sentido de la corriente y fluyen con ella. Tienen una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse firmes y luchar por lo que proponen.

11.   Afrontan la adversidad con humor. La risa es la mejor aliada porque les ayuda a mantenerse optimistas y, sobretodo, les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.

12.   Buscan ayuda de los demás y el apoyo social. Cuando pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es superarlo, para ello, son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar ayuda de un buen psicólogo cuando lo necesitan.


6.- La resiliencia en los niños.

Si queremos que nuestros hijos afronten las dificultades de la vida con fortaleza es importante construir un apego seguro y educarles en la capacidad de ser resilientes, para ello es fundamental nuestro ejemplo, no sobreprotegerlos y sobre todo creer en ellos.

No se trata de evitar que se caigan, sino de enseñarles a levantarse, y para ello tenemos que confiar en que ellos pueden. Por supuesto, tampoco se trata de exponerlos a peligros o ambientes agresivos “para que se hagan más fuertes”.

Algo importante que podemos preguntarles a los niños cuando tienen un contratiempo si queremos que aprendan a desarrollar resiliencia es ¿Qué puedes aprender de esto? O ¿Qué puedes sacar bueno de esto que ha ocurrido?

Enseñar a los niños a relativizar y a ver a los errores y los contratiempos como una oportunidad para aprender y mejorar les guiará por el camino de la resiliencia, pero no desde la negación de sus emociones, sino desde la empatía hacia lo que sienten y su mundo emocional, transmitiéndoles nuestra confianza en que ellos pueden afrontar la adversidad y superarla.


7.- Conclusiones.

En el Podcast.

Lic. Rodrigo Dávila Contreras.

Psicólogo, Asesor, Consultor de vida.


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